"Polímetros" de Gonzalo Yáñez
Presentación de "Polimetros" de Gonzalo Yañez por Raúl Hernández (enero, 2013).
Cuando sales a la calle y cuando mides la escena total de las cosas, cuando auscultas la caminata, la andadera fulminante que no tropieza, sino que se expande por el asfalto, es cuando las luces de neón intentan decir algo que parece familiar y que estorba como la infinitud de cosas prometidas en la acera capitalista. Cuando mides las distancias de todo esto y te reflejas en un escaparate y ves tu rostro y el espejismo de las personas al pasar, esos son los lados esenciales que permanecen en este Polimetros de Gonzalo Yañez.
Cuando sales a la calle y cuando mides la escena total de las cosas, cuando auscultas la caminata, la andadera fulminante que no tropieza, sino que se expande por el asfalto, es cuando las luces de neón intentan decir algo que parece familiar y que estorba como la infinitud de cosas prometidas en la acera capitalista. Cuando mides las distancias de todo esto y te reflejas en un escaparate y ves tu rostro y el espejismo de las personas al pasar, esos son los lados esenciales que permanecen en este Polimetros de Gonzalo Yañez.
Busco
la información que me defina esta palabra de mejor forma: Polimetro: aparato de medida multifuncional, es decir, que con él se
pueden realizar medidas de diferentes maginitudes. Y luego más: con un Polímetro se pueden realizar tres
tipos básicos de medida. Estos son: Tensiones, Intensidades y Resistencias.
Podríamos
decir que en este poemario hayamos esas tres medidas de lo cotidiano: las
tensiones que transgreden nuestro difícil tránsito, las intensidades propias de
la avalancha de las ciudades y la resistencia, en general, del ciudadano,
citadino, miembro de la polis. Y es entonces cuando aparecen las señales de
nuestra habitual sociedad de consumo. Las zapatillas anheladas, la comida
rápida, la publicidad en el metro y la televisión. Por que lo que pasa ahí es
lo que se vive día a día y forma parte de lo que prima, de lo que acontece en
mayor forma hacia lo contingente, lo que indica cómo se tiene que vivir. Y todo
esto pasa entre andenes de metro, estamos de pronto en un vagón que pasa por
Madrid, por Belleville, Vicuña Mackenna y Puente Alto. Viajamos y somos parte
de un poema que aparece a un costado de la puerta del vagón.
Y
es la ciudad, la ciudad que sucede y se expande y es transitada y viajada por
sus habitantes, esta ciudad que son muchas ciudades a la vez, con todo eso que conocemos
como “mercado” que se oferta al mismo tiempo como una asimilación de la palabra
“pueblo”.
Polimetros de Gonzalo Yánez, es una agenda declaratoria en
donde aparecen apuntadas las vivencias y sus resultados, la voracidad de lo
inmediato y práctico en esta búsqueda de cada paso que damos, olfateando los
decibeles de los ejercicios de poder idiotizante y todas sus posibles trampas.
Allí están los poemas que nacen desde la rutina de pensar y pensarse, con la
misma esperanza de quien lanza la última piedra al rió antes de ir a dormir.
Las medidas y sus tensiones, intensidades, y resistencias. Un Polímetro de
inmensa energía que nos dice cuanto mide el estar despierto.
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