¿Quién es esta persona que mira el mar? Que piensa, que observa, que aclara, que involucra, que desea, que añora, que no añora nada ni nadie pero a la vez se contradice y perfora las nubes con su mirada profunda y silenciosa. Estoy en un espejo, dentro de un espejo. Ahora fuera y nadie viene a pedir una cerveza por Italo Calvino. Palomar avanza, y me involucra en sus pensamientos, en sus más íntimos y recónditos deseos erróneos porque esta vez todo lo que se planifica no sale, socio, no sale, no va a suceder, entonces no plantearemos nada, solo veremos a Palomar ver el seno desnudo de una mujer recostada en la arena. Palomar vive en la ciudad, también, no creamos que solo vive de extrañezas y está toda esta gente en el metro y todos los codos afilados como el cuchillo del suicida terminal. De pronto, nada es traición, nada es locura, nada es aflicción. Palomar es como uno, como el amigo que te ayuda y te va a buscar en auto cuando comienza a llover. Como un rock bien vacilado en mi cua