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Mostrando las entradas de octubre, 2006

SEUDÓNIMOS DE LA MUERTE

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Me entero de la muerte de Millán, como un mal trago de ron. Estoy en un cité y me dicen que ha muerto. Si bien ya sabía de su enfermedad terminal, un pasaje oscuro se apodera de mi estómago. Esta tarde sólo puede rimar con el frío viento de la lluvia. Y entonces recuerdo. Me inscribí al taller de poesía que Gonzalo Millán impartía en la Corporación Cultural Balmaceda 1215 en el año 2000. Un taller de percepciones y más bien lúdico, de donde surge posteriormente la antología: “Los Hijos del Robot”, publicada por el mismo taller. Luego de la lectura final, los talleristas y el poeta asistiríamos a un bar del Barrio Matucana, muy cerca de la Quinta Normal. Éramos tan jóvenes y era bueno preguntar. Luego, al año siguiente, comenzaría mi “capacitación” con él. Me inscribo al taller que imparte en el Centro Cultural de España y me hago alumno por dos años consecutivos (2001 y 2002). En este taller supe aprender dos cosas claras: el “asunto” de la autocrítica y la cita, como cuestión de ense

POESÍA SURFER

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"No preguntes desde cuando estoy dentro del agua" nos pareciera decir el poeta Víctor López (Curacaví, Chile. 1982) en su primer libro: “Los Surfistas” (Ediciones VOX, Argentina) recién publicado. Formado en los míticos talleres literarios de la Corporación Cultural Balmaceda 1215, el autor de este libro no sólo sabe correr olas, sino que prioriza el sutil trabajo de la pluma ondulante, dentro del mar literario de las letras latinoamericanas. Ahora bien. Ser un surfista –pero de verdad, no de los que llegan y se van con el verano– supone desafiar olas de día y de noche, como el poeta que se larga del bar con sus cuadernos maltrechos bajo el brazo, que son la tabla del aprendizaje, la espera de la ola en el paradero de micros.El poeta es aquí un “soulsurfer” de la vieja escuela. Un sabio de orilla que inhala el fresco del poema en el balneario del desasosiego. Y llegando a la ciudad, encontramos entonces un libro de instancias efímeras y momentos entrañables. Pequeñas historia