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Mostrando las entradas de 2006

APROXIMACIÓN A THE CARETAKER DE HAROLD PINTER

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Un vagabundo acogido por un tipo realmente extraño, sobrio. Este vagabundo vicioso, claramente inmoral. El cuidador de una casa inexistente con una familia inexistente. Eso pienso, mientras me tomo un café “amargo”, en una tarde amarga. La obra de Harold Pinter, El Cuidador, ha sido montada por estos días en el Centro Cultural Matucana 100. Una obra con tos, con sonido de pieza. Eso, por lo menos en el guión y en el montaje original. En este caso, la dirección de Pete Brooks apuesta por la combinación de una proyección cinematográfica de la obra actuada, con la actuación misma, en vivo, casi encajada, modulada, errática. Y música de fondo, que llega volando como Jackson Pollock colgando del techo. Tensa y fugaz. Pero El Cuidador es más (o menos) que eso. En palabras del autor: “Ingresé en una habitación y observé que había una persona parada y otra sentada, y, algunas semanas después, escribí The Room. Entré en otra habitación y vi que había dos personas sentadas, y, algunos años despu

SEUDÓNIMOS DE LA MUERTE

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Me entero de la muerte de Millán, como un mal trago de ron. Estoy en un cité y me dicen que ha muerto. Si bien ya sabía de su enfermedad terminal, un pasaje oscuro se apodera de mi estómago. Esta tarde sólo puede rimar con el frío viento de la lluvia. Y entonces recuerdo. Me inscribí al taller de poesía que Gonzalo Millán impartía en la Corporación Cultural Balmaceda 1215 en el año 2000. Un taller de percepciones y más bien lúdico, de donde surge posteriormente la antología: “Los Hijos del Robot”, publicada por el mismo taller. Luego de la lectura final, los talleristas y el poeta asistiríamos a un bar del Barrio Matucana, muy cerca de la Quinta Normal. Éramos tan jóvenes y era bueno preguntar. Luego, al año siguiente, comenzaría mi “capacitación” con él. Me inscribo al taller que imparte en el Centro Cultural de España y me hago alumno por dos años consecutivos (2001 y 2002). En este taller supe aprender dos cosas claras: el “asunto” de la autocrítica y la cita, como cuestión de ense

POESÍA SURFER

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"No preguntes desde cuando estoy dentro del agua" nos pareciera decir el poeta Víctor López (Curacaví, Chile. 1982) en su primer libro: “Los Surfistas” (Ediciones VOX, Argentina) recién publicado. Formado en los míticos talleres literarios de la Corporación Cultural Balmaceda 1215, el autor de este libro no sólo sabe correr olas, sino que prioriza el sutil trabajo de la pluma ondulante, dentro del mar literario de las letras latinoamericanas. Ahora bien. Ser un surfista –pero de verdad, no de los que llegan y se van con el verano– supone desafiar olas de día y de noche, como el poeta que se larga del bar con sus cuadernos maltrechos bajo el brazo, que son la tabla del aprendizaje, la espera de la ola en el paradero de micros.El poeta es aquí un “soulsurfer” de la vieja escuela. Un sabio de orilla que inhala el fresco del poema en el balneario del desasosiego. Y llegando a la ciudad, encontramos entonces un libro de instancias efímeras y momentos entrañables. Pequeñas historia

ACERCA DE UN POEMA DE JOAQUÍN GIANUZZI

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Estoy en el centro de Santiago, vengo saliendo del bar “Olímpico”. Ya cerca de La Moneda me encuentro con una persona que, terno y corbata, se tambalea apoyada al metal del Ceda el paso. Esta persona me pide ayuda, me pregunta si lo puedo acompañar para atravesar la calle. Me doy cuenta que es discapacitado…no sé si medio ciego o con problemas en sus piernas. Pero realmente necesita la ayuda y me dice que solo cometió el error de tomarse unas “copas de más”. Entonces, comienzo la etapa de ayuda, tomo su brazo y lo pongo en mi cuello y lentamente lo acompaño a atravesar la calle. Lentamente comienzo a caminar, pero cometo el error de guiar el paseo, cuando lo correcto (me doy cuenta después…mucho después) es solo acompañar y no conducir. De pronto comienza a tambalear el cuerpo del transeúnte nocturno, siento el temor de todo su cuerpo hacia una resbalosa caída. Y propongo el estiramiento de las virtudes elásticas de los músculos, intento la fuerza correcta, la intrínseca y seca potenci

VOCES DE BARES, VOCES DE CAFÉ

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Donde nos juntamos a taladrar la tarde con ladridos secos y pequeñas voces. En donde supimos que después de arrancar por las escaleras de las sombras que dicen conocerte, vendría un tibio invierno, con saludos al otro lado de la carretera. Es en la ciudad o en el puerto, el café o el bar. Las avenidas siempre son las mismas esquinas juntas al camino. Los escritores: Carlos León, vivió su literatura en Valparaíso; Jorge Teillier, en su morada irreal. Este último hacendado en diversos bares santiaguinos ya con historias y lejos de las nuevas construcciones voraces. Nueva York 11, “La Unión Chica”. Acá podemos oler la existencia del comentario transpuesto por cañas placenteras dentro de fotografías que dicen que ese día era invierno, que había que andar con bufanda, con abrigos, con chaquetones. Ese día también helaba en el puerto, en el “Café Riquet”. A esa misma hora el escritor porteño de “Sueldo Vital” anotaba con su pluma la descripción exacta del personaje habitual de los pasajes, e

RESTAURANT CHILE DE JOSÉ ÁNGEL CUEVAS

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“Seguir junto al Mapocho pensando en un programa de vida”. Existe un momento en que llevamos el libro peligroso dentro de los bolsillos de la chaqueta, paseando por las plazas de invierno, seco de boca y nublado. Nos adentramos a un Restaurant Chile que da el detalle de la boleta del bar. Los alcohólicos bajan riendo desde las escaleras, una nueva luna se asemeja a los focos de los automóviles. Incrustado dentro de especiales de radio y rock de viejos crack que saben venir al tiempo de los goles y las noticias. Este vaivén sonoro de los megáfonos democráticos financieros, no nos gusta. Vamos corriendo por las delgadas barandas del entusiasmo matutino. El ex poeta entonces fuma en el bar con una malta morenita en los comedores, un calendario de Valparaíso, las antiguas carreras de la

FRANCISCO COPELLO (Junio, 2006)

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Murió Copello, lo leo en la prensa. Por lo menos aparece en la prensa. Hay una muerte corporal, sobre todo de cuerpo. Mucho se podría decir de su trayectoria en el body-art y en la performance. Es de esperar que muchas líneas se llenen a partir de su historia. Murió Copello, lo leo en la prensa. En el año 2001 vi a Francisco Copello en el MNBA lanzando un libro (“Fotografía de Performance”, Ocho Libros Editores), hablando con los asistentes, comentando un documental que se mostraba (que mostraba) a “los Copellos”, las imágenes, los rostros. Telas, pinturas, grabados, estética muscular, travestismo kitsh, poética de la pasión. Ubicaba a este muchacho que salió disparado de Chile atravesando el paso de cebra de la década de los sesenta. Lo vimos (no lo vimos) trabajar en Nueva York con Andy Warhol, explorar nuevas armas en la danza, merodear las posibilidades del arte corporal. Y cómo hacía de esto un leit motiv, un teatro del monólogo visual, desde una felicidad de tiza nueva, hasta la

NIEVE, O EL ARTE DEL FUNAMBULISMO

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“Hay dos clases de personas. Los que viven, juegan y mueren. Y los que se mantienen en equilibrio en la arista de la vida. Los actores. Y los funámbulos.” Maxence Fermine “Nieve” ¿De dónde viene este drama? Vamos cabalgando por la acera de la persistencia sin un céntimo para completo, mañana viene el sueldo, sé que esto es un error. La duda de saber que esta pregunta de que todo nuevamente viene a ser una duda tiene la solución de demoler los dientes de la muchedumbre. No me importa la contaminación ambiental. No me importa el último deseo de los vendedores de privilegios. Se camina invisiblemente, dando empujones de barro, soñando las sábanas ajenas. ¿De dónde viene este drama? Tú me preguntas acerca de lo poco trascendental de esto. Yo te digo: es eso lo que quería evitar. Conversamos del aseo del departamento, no hay cera, esta noche pienso volar mi televisor. Y están los cuestionamientos cuando, sobre todo, nunca habría que dudar en este momento en que las zapatillas embarradas se

UNA NUEVA CIUDAD PUNK (Abril, 2006)

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“Punk, Punk war, war. Der Krieg, Der Krieg bailecito color obispo la libertad pechitos al aire” Carmen Berenguer, “Santiago Punk” “Un pseudo punkito, con el acento finito quiere hacerse el chico malo tuerce la boca, se arregla el pelito…”

PRÓLOGO DE BIBLIOTECA (Marzo, 2006)

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Leo un prólogo de Charles Bukowski del libro “Pregúntale al Polvo” de John Fante. En él habla de cómo, escudriñando en una biblioteca añosa, logra encontrar un libro que lo hace saltar como gato en un brasero. Había descubierto a Fante luego de tardes y tardes en que su mejor amigo (o amiga) habían sido esas repisas, esos lomos, esas páginas abiertas con las hormiguitas que luego se apoderaban del reflejo de aquel ojo alcohólico y funesto. Este prólogo lo leo en la Biblioteca de Santiago. La nueva biblioteca de Santiago. Más grande que la cresta, un elefante de concreto. Llego sudando (obvio, escribo en verano o lo que queda de…) y bueno, la mochila al casillero. Ahora estoy adentro. ¿Es esto una biblioteca? me pregunto. Veo niños, adultos, ancianos, rebeldes, simpáticos, gigantes, enanos, morenos, albinos, con bicicleta, a pie, mojados, secos, llegando a la biblioteca, cerca de computadores con Internet gratis para todos los usuarios (computadores pantalla plana, lindos) y secciones v

DOLCE FAR NIENTE (Diciembre, 2005)

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"Hoy como todos los días he reservado el tiempo necesario para no hacer nadade nada" Raymond Carver Realmente es dulce no hacer nada. De hecho, dedicaría siempre horas y horas a esta rutina tan agradable. Lo lamentable es que nunca o casi nunca se puede uno abstraer de nuestra monótona maquinaria de trabajo-casa-trabajo-casa-trabajo-casa. Luego, el fin de semana en donde uno cree que lo va a aprovechar por completo y que lo hará rendir al máximo, ocurre que pasó volando y no alcanzaste, no alcancé a realizar todos los planes que tenía para ese hermoso fin de semana que llegaba trotando como Heidi en las praderas. Sí, es lamentable la vida s

TORPEZA Y DESESPERACIÓN (Noviembre, 2005)

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Hay un ser pequeño que adolece de tantas cosas y camina por la ciudad a cuestas maldiciéndose a si mismo y a nadie más. Este individuo puedo ser yo mismo o puede ser la muerte o una desesperación literaria que no sabe porque ni por dónde ni cuándo, se despertará de nuevo como un ángel del bostezo. Claro, nuevamente la muerte viene teniendo tus ojos. Y atormentado también se cae de las escaleras y rueda comiendo arañas peludas que son negras pesadillas somníferas que padecen de esa necesidad de espanto, como diría Lihn: “nada tiene que ver el dolor con el dolor, nada tiene que ver la desesperación con la desesperación”. Esta desesperanza atolondrada, indisciplinada, pasiva, activa y luego pasiva nuevamente. También es torpeza de no mirar los carteles, las señaléticas, las prohibiciones, las indicaciones, los comentarios y las miradas de piedad. Es una desesperación oblicua y zigzagueante, que marea y capta una voz atolondrada. Una expresión de la ciudad más que“samsiana”, algo mucho más

UN CAFÉ (Octubre, 2005)

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Una estrella es la que me dice que en este momento desearía escribir cosas que pudieran ser un diario que no se podría estimar como lo que se espera de un diario. Así, envolviéndome tímidamente en este humo de cosas raras que van llegando como un abuelo con recuerdos, así tristemente tímido y locuazmente insignificante. Anoche, yendo a terminar con ese proceso llamado luz, apreté el interruptor y me dio la corriente y supe que era una de esas señales idiotas que a veces llegan y suelen alejarnos de nuestra nostálgica añoranza. Así como nadando en la playa y mirando atrás para ver a la familia, viendo las galletas atrapadas ante una red de hormigas que son sólo nuestras ansias por poder ver un poco más claro. Esas estrellas fueron las que llegaban desde la ventana cuando tomaba el café en solitario descanso. Supe apreciar que en otros lugares toda esta desidia no significaría nada más que una mentira vacía como un disparo a lo lejos. Claramente no sabía si esto era poesía. Imaginé a muc

LA VIDA COMO UNA PELÍCULA: DE GODARD Y LA NUEVA OLA FRANCESA (Septiembre, 2005)

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"Soy un falso pintor, un fotógrafo" Jean-Luc Godard Para hablar de Jean-Luc Godard comenzaré inmiscuyéndome a partir de la nouvelle vague o nueva ola francesa, término con el cual se agrupó a una docena de jóvenes cineastas franceses entre 1958 y 1963 los cuales triunfaban con su nueva forma de hacer cine. De estos directores se criticó que no reflejaran en sus películas los terribles momentos que Francia atravesaba: Argelia se había sublevado por la independencia. Una guerra colonial, oficialmente no reconocida, había provocado una crisis, la llegada del general De Gaulle al poder, la instauración de la V República y la independencia de Argelia. Y todo esto, entre 1958 y 1962. También nos podemos remontar al año 1948, año en el cual aparece en el número 144 del semanario L' Écran Français un artículo de Alexandre Astruc llamado Naissance d'une nouvelle Avant-Garde: La caméra-stylo . Allí expresaba Astruc la clara posibilidad de que el realizador cinematográfico se e

Veranito de San Juan (Julio, 2005)

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La despedida del veranito de San Juan en las calles mojadas de Jorge Teillier en las noches mojadas del invierno de San Juan / mascullando las despedidas de frente a una isla desierta / frente al parque de las amistades y las cosas vistas en Cerro Navia / en las canchas embarradas / en las bicicletas averiadas / en las hojas tapando las alcantarillas / atravesando en el carrito la avenida río / y nadie en la montaña desaparece nuevamente/ las tardes se hacen merkén en el año nuevo mapuche que escucho decir por ahí de tipos que resuenan la aventura de esclarecer los sueños desérticos / y las lentejas de medianoche / y las historias de terror de suspenso de mentiras de burlas de recuerdos de olvidos de viejas añoranzas / de viejas personas / las historias de la oportunidad del equipo de fútbol por salir campeón pero que no se corona por la mala suerte / sobre todo demostrado en el último tiempo en las actuaciones frente a los equipos de la copa libertadores / en las casas en los televiso

Mapocho Swing (Junio, 2005)

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Ahora el Wonder bar ha atravesado la calle / este Santiago aburre a medias y nuestras almas escuchan del desastre de Antuco / atravieso nuevamente y me voy al Olímpico donde me compro un completo mientras espero a los parroquianos / creo que esto no es una iglesia y espero ese italiano llegar con una Escudo que se comporta de manera agradable y "compadrito" me dice / me alega me dice que podría escribir de ella pero no le hago caso porque esta noche no está para teatros ni para tragedias / pero las calles están semi vacías y los borrachos botan la espuma de la chela en las veredas / eso a mi no me importa / no me importa el cura que habla en la tele / no me importa el delantero que metió ese gol que nos tendrá feliz por tres días / tampoco me importa la mitad del completo que me queda / llegan los parroquianos y hablan de la nueva novela de los poemarios de las canciones cumbiancheras reggaeton que suenan en esta fuente de soda que tanto nos agrada / no la elegimos / no elegi

No hay cafés, solo bares (Abril, 2005)

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Releyendo un libro que me obsequiaron llamado "Los cafés literarios en Chile" de Manuel Peña Muñoz, extraigo una mirada que a simple vista se puede generar en cualquier lector u observante. Actualmente en Chile los cafés literarios (y/o la cultura del café literario) no existen. Por lo menos ahora no, antes sí (según se logra rescatar en el libro) pero cafés cafés..mmmm. Hay cafés con piernas, en donde se "disfruta" de este brebaje parado al lado de la barra para contemplar el paisaje, hay cafés fuente de soda, cyber cafés, cafés caros y otros baratos, pero no cafés literarios, cafés que aglomeren a todos estos seres que se someten al rigor de una pluma o a un teclado de computador, en donde no importe la clase social o si no tienes más de cinco mil pesos en el bolsillo. En este libro se nombran la Confitería Torres y el Café Riquet como ilustres lugares que han acogido a escritores y que aún sobreviven a la modernidad. Lamentablemente, debo decir, lo que se desea t

La vida es la hija bastarda de la existencia (Marzo, 2005)

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Esta frase es la que rezaba en la pared del cuarto del cantautor chileno Nino García, rayada con spray, mala letra, en su cuartucho - casa de la población La Victoria, cuando lo hallaron con la sien destruida luego de un certero disparo. El tipo no se había suicidado por exceso de talento, sino que por falta de trabajo, en la música, su vida, cantó en las micros luego de haber cantado en la OTI, pianista, y tantas otras cosas. Un familiar diría en el velorio: "En Chile hay mucho espacio para la mediocridad y poco espacio para el talento"...("En ese tiempo había que tener talento para no morir....(Pablo Azocar, "Natalia"). Y era cierto lo que decía. Bueno, todo esto lo vi en un programa del canal 13, de esos "culturales" de los días domingo. La verdad es que yo no conocía al tipo, pero me sorprendió su talento, su bipolaridad, su rebeldía, su extralimitado poder creativo, más allá si me gustara o no su música, su marcado delirium tremens depresivo, que

De Barrios (Enero, 2005)

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Amanece en Santiago. Esto puede ser una carta de despedida fácilmente, o el inicio de algún tropiezo. Amanece en Santiago, y en el metro todos callan en ese minuto de la inminencia de la llegada (saldremos de las escaleras a quien sabe donde). Ya no llegan los flippers a decir la diversión y las personas que habitan el centro de Santiago se transforman en citadinos, en personajes de una novela llamada Santiago, se identifican sin darse cuenta, pero ¡puaj!, anoche me asaltaron. .................................... En el bar L'Croag del barrio Brasil compraron unas mesas muy antiguas y barrocas que llegan a las rodillas. Tomar así, dejando los vasos en esta mesa, respirar el viento brasileño de un árbol brasileño, que se puede ver a lo lejos, desde la otra esquina, es gracioso. Graciosa la manera del gato en la ventana. .................................... Acerca de San Miguel: esa avenida, el Andrés Bello, la Ciudad del Niño, el Barros Luco, el Brasilia, la plaza Recreo, la plaza Ma

Esa cosa del epígrafe (Diciembre, 2004)

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" Todo lo que diga, lo diré con los ojos " Andrés Olivares Nazco mirando temprano en la mañana el libro ese del epígrafe justo que ante noche apareció (como un muerto en el lago) súbitamente, subrayado para el uso a posteriori del poema. El poema epigrafiado, buscado a la perfección o a la usanza mágica del gemelo adivino (el otro gemelo también adivina que.) ha llegado para acarrear el texto que se le apropia. No se merecen forzados. Se buscan en el oficio de una hoja de papel, se encuentran taciturnos, malhumorados, incipientes en ocaso, sumamente perdidos. Se besan, aman de apoco, se besan. Y en la estantería, el autor epigrafiado (el poema epigrafiado) no sabe esto de la extirpación. Y el autor epigrafista busca, recuerda, añora, advierte esa frase pequeña, justa para el remecer. Ha llegado la hora de la intersección absoluta, el poema saluda

El Viento Perdido, adiós a Luís Alejandro Galvis (Noviembre, 2004)

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Escribo estas líneas con un lápiz Parker clásico, esos de color azul marino en la parte inferior y plateado en la parte superior. A Galvis siempre le gustaron las "plumas finas", una vez me lo dijo y siempre lo noté; en nuestras conversaciones micreras, cerca del Bellas Artes, en cualquier calle de esas que se borran de nuestra memoria. Alejandro, poeta colombiano, se presentó ante mi de manera casual en una lectura poetica. Conversámos y entablámos amistad. Me contó de sus viajes por el mundo, de la poesía exquisita y del arte de la subsitencia, la mayoria de las veces. Yo, poeta joven e inédito, serviría finalmente de editor riguroso para su opera prima llamada "El Viento Perdido" que saldría publicada bajo el sello independiente y subterraneo: Ediciones del Jinete. Fueron dos meses de trabajo, de correciones, de conversaciones en bares, de almuerzos y de viajes a una muy lejana imprenta. El Viento Perdido vió su luz en agosto del 2004. Muy buena persona el hombre

Tarde Sufí (Octubre, 2004)

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Conversemos de esto y de lo otro, por mi por lo que inevitablemente se pega al costado de nosotros como restos de algodón de azúcar en los dedos embarrados. Háblame de esta ciudad, yo vivo algo triste, algo cansado, disimulo, eso si, hago como que no me duele, que todo esto alrededor no me duele, si no que pienso y medito por nuestras ojeras claroscuras. Ruego por que mi voz no se arranque, digo que ruego por que ella y su hijo lleguen a su casa bien y sin novedades. Amo la soltura de los nudos en el instante pleno de irse a reposar, no quiero molestarte, conversemos de esto y de otro Tomo mate con cascaritas de limón, si deseas no hablemos de lo que anuncian los diarios que va a pasar inevitablemente, estoy acá pero no lo deseo, un paso hacia la cocina y beberé del alcohol traicionero, chusma chamusqueada, no te quiero más. Permíteme la resonancia de mis débiles huesos. Entonces, como dijiste, yo ahora nunca estaré solo de cosas caíbles y fatales como una parrilla de sopetón al suelo.

Trabajar Cansa: lo dijo Pavese (Septiembre, 2004)

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Para mi está claro que el "trabajo operante" es el peor amigo de la creación artística (¿o de lo contrario será lo mismo?...). Trabajar diariamente, sistemáticamente, monótonamente, en fin: trabajar, elimina esa exquisitez del vago juvenil. De forma inútil se comienza a perfilar que trabajando se piensa y se imagina, pero no se crea; o al menos no como uno quisiera. Crearemos una labor, eso si, tranzada y somnolienta, sabiendo que en realidad lo que deseamos es estar en la playa fumando "maconha" o en las licorerías eligiendo la mejor opción. Y entonces cansa, pero cansa la ruta, el proceso de calcomanía en la superficie del sistema. Llega la idea de la esquina de la calle con el perro permitiéndose la duda y la contemplación, siendo participes de un poema de Pavese. Entonces somos amigos de los colectiveros, de los vagabundos y el panadero. De las noches sin insomnio, del bar pernicioso, del grito de la hazaña del shampoo y el jabón, de las camisas floreadas y de l

La Cámara Oscura de Juan Cameron (Agosto, 2004)

Ojeando un libro de Juan Cameron (con una sugerente “zona femenina” dibujada en su cubierta), el lector, que en este minuto es escribiente, detecta ciertas claves significativas en la poesía chilena de los 80, que a 19 años de su publicación, son merecedores de estas tentativas. Al poeta porteño lo he visto declamar en ciertas ocasiones y también he trabado ciertas palabras con el que, por cierto, no creo que dejen de ser solo anécdotas camino al baño del recinto. Pero al ver su inmediatez de poeta, me permito pensar en el proceso purificador y errático de la poesía. He leído de los orígenes literarios de Cameron, su amistad con Juan Luis Martínez (también las fieras anécdotas de “Poesía a golpes” en la revista “La Vida Breve” de la Sociedad de Escritores de Chile, filial Valparaíso) y no puedo dejar de sentir una identificación de códigos que no son para nada intelectuales. Este señor es un poeta bohemio (imagino) que ha viajado mucho como para quedarse enredado en los tropiezos de la

Presentación de Poemas Cesantes (La Calabaza del Diablo, 2005)

POEMAS CESANTES de Raúl Hernández LA PASIÓN DE VER por Héctor Figueroa “El poeta moderno no tiene lugar en la sociedad porque, efectivamente, no es “nadie”. Esto no es una metáfora: la poesía no existe para la burguesía ni para las masas contemporáneas. El ejercicio de la poesía puede ser una distracción o una enfermedad, nunca una profesión: el poeta no trabaja ni produce (....) La poesía no se cotiza, no es un valor que puede transformarse en dinero como la pintura. La burguesía cerró sus cajas de caudales a los poetas. Ni criados, ni bufones: parias, fantasmas, vagos.” (Octavio Paz, en su libro “El arco y la lira”, 1956) No he aquí palabras difíciles, pedantería de charlatán pseudoneobarroco, barroso. He aquí la sencillez del que sabe sabe, y que a fin de cuentas siempre será el mejor estilo, hablar de lo que uno conoce, partiendo por su propio idiolecto, no prestado, no arrendado, aunque no le enten